lunes, 5 de diciembre de 2011

Ganar un FAD y mala prensa

El otro día mi amiga Paola Perrote, arquitecta, me mando el link de una carta del arquitecto Ignacio Paricio a la Vanguardia titulada “Ganar un Fad” en el que hace una crítica a las opiniones manifestadas por el presidente del Incasol, Josep Antoni Grau i Reinés y por el periodista Jordi Barbeta sobre los arquitectos.
Casas M&M, Mercè Rodoreda (premio FAD 2002)
Es una carta muy corta. Os copio unos fragmentos:
“Aconsejo a los jóvenes arquitectos que no se presenten a los premios FAD, pues ganarlo les haría prácticamente incompatibles con la contratación pública.

El señor Grau, director del Incasòl, advertía en L'Econòmic que no se siente "cómodo teniendo premios FAD en el diseño de viviendas VPO". Parece que nadie se ha escandalizado(...). Se da por hecho que la buena arquitectura es cara y caprichosa.

En La Vanguardia, el señor Barbeta escribió que las estaciones diseñadas por arquitectos de prestigio multiplicaron el coste de la L9: "Como no había dinero para pagar tan buen gusto, se adoptaron sistemas de financiación que han más que duplicado el coste de la obra". Señor Barbeta, el dinero nunca ha estado muy asociado al buen gusto.(..) Lo grave es la opinión establecida e impulsada por altos cargos y algunos periodistas. La buena arquitectura no es cara. Lo son los grandes edificios banales y desesperadamente "originales" que han propiciado muchos políticos en busca de su propio prestigio."
Casa Garriga-Poch, Arturo Frediani (premio FAD 2003)
Estos últimos años parece que se ve a los arquitectos más preocupados por lucirse, hacer edificios icónicos y hacerse un nombre que  por aportar soluciones tanto desde el punto de vista estético, pero también funcional, estructural, económico, etc. que es lo que se nos enseña en las escuelas de arquitectura.

“Para los políticos la arquitectura y el urbanismo son medios que usan a su antojo para competir entre ciudades, para dar un rendimiento a los políticos y legitimar la especulación, pero se olvidan de los valores que aportamos para mejorar la calidad de vida de las personas y de las ciudades. No quieren ver que la arquitectura es también riqueza cultural e histórica.” opina Paola.
Y es que como dice el arquitecto Jordi Badia en la carta de opinión “mala prensa” publicada en el diari Ara, “somos el gremio más perjudicado en esta crisis con una cifra de paro del 45% i un 50% de los despachos cerrados, según manifiesta el CSCAE y encima tenemos que sentirnos como se nos culpa de todos los males provocados por el desmadre que hemos vivido estos últimos años.

Viviendas de V.P.O en Sant Andreu, Lopez-Rivera arquitectos (Premio Fad 2008)
A que es debida esta mala prensa? Muchos opinan que en gran parte es debido a los colegios profesionales e incluso a los mismos arquitectos, pues la dignidad de la profesión empieza por contratar y pagar decentemente a los empleados cosa que no se ha hecho en los últimos tiempos. Empleados muchos de ellos arquitectos ahora sin trabajo y sin subsidio que aceptan cualquier trabajo o “colaboración” a cambio de  sueldos con mucha suerte mileuristas. Y es que entre todos nos hemos acostumbrado a no pedir los que nos toca, a no reividicar el esfuerzo que cuesta nuestro trabajo y la responsabilidad que implica. Parece que el mero hecho de poder trabajar en esta profesión es tal honor (que lo es) que cobrar un sueldo acorde con ello pasa a un segundo plano. Y si no nos hemos preocupado (como colectivo) por tener unas condiciones laborales y unos sueldos dignos cómo vamos a preocuparnos por tener una imagen digna.

Casas em samta Isabel (Lisboa), Bak Gordon arquitectos (premio FAD ex-aequo 2011)
Hace unos meses, en una conversación distendida con gente del mundo de la construcción, mayormente ingenieros de caminos, salió a relucir el tema de la mala fama de los arquitectos. Los ingenieros se quejaban que los arquitectos no nos preocupamos por la viabilidad constructiva y económica de nuestras “bonitas” propuestas. Para argumentar esto me daban el ejemplo del arquitecto Joaquín Torres y su estudio A-CERO que es el protagonista de un programa de la Sexta. Ellos me decían que este arquitecto hace casas espectaculares con ventanas inmensas que se abren mágicamente y con volúmenes con voladizos increíbles. Y yo les decía que esos trucos no forman parte de la arquitectura pues no entraña ninguna complicación diseñar un voladizo que no vas a calcular tu, ni a construir tu, ni, por supuesto, a pagar tu, y que la mayoría de arquitectos ni tenemos la oportunidad ni contemplamos la posibilidad de soluciones mágicas a la hora de resolver nuestros proyectos. Y cuando les dije esto lo único que supieron responderme fue: “si, si.. pero mira el programa de la Sexta que ese arquitecto es muy bueno”.

Ignacio Paricio y Jordi Badia son miembros d’ Arquitectes per l’Arquitectura, un colectivo que nace para defender los intereses específicos de los arquitectos para poder poder proporcionar un marco adecuado al trabajo profesional que permita ofrecer a la sociedad el mejor servicio.

4 comentarios:

  1. Muy buena descripción de la realidad actual. Me parece muy acertada la perspectiva con la que se enfoca el tema. Queremos más entradas!

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  2. Estoy totalmente de acuerdo Anna

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  3. Muchas gracias Architech y Anónimo por vuestros comentarios.

    La verdad es que la entrada me quedó un poco dispersa pues hay muchos temas y daría para hablar muchísimo más. Me quedo con el tema de los sueldos/honorarios asociado a la dignidad profesional.

    Por otro lado, con la anecdota final queria plasmar la imagen que los demás tienen de los arquitectos y lo que esperan de nosotros.

    Un saludo.

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  4. En mi opinión, siempre hay que separar entre los arquitectos normales y los arquitectos estrella (Calatravas, Gehrys, Hadids...). Los primeros son profesionales que se tienen que ceñir a un proyecto, un presupuesto y unas técnicas constructivas, y que ahora están en una crisis en la que no se ha tocado fondo aún. Y los segundos no merecen ni el estatus de arquitecto, son trofeos para los alcaldes y responsables de la administración que solo los contratan para hacerse la foto con la estrella de turno. Y son estos los responsables finales del despilfarro de dinero público y del destrozo urbanístico que se ha generado.

    Lamentablemente, ahora todo lo que está asociado con la construcción no cuenta con una buena reputación, y esto es culpa de todo el sector.

    P.D: Los premios fad si que hay de comentarlo aparte, se han visto cosas bastante horribles.

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